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Styracosaurus

Canadá

Nombre: Styracosaurus
Dieta: Herbívora
Peso: 4 toneladas
Periodo: Cretácico Superior
Encontrado En: Canadá

Este dinosaurio habitó en nuestro mundo hace más de 75 millones de años, esto quiere decir que vivió durante el Cretácico, su denominación oficial quiere decir “reptil con pinchos”, y pertenece a los ejemplares que son conocidos en el mundo de la ciencia como los famosos ornitisquios ceratópsidos.

El Styracosaurus habitó en América del Norte. Como datos generales podemos indicar que presentaba un total de seis cuernos que se encontraban situados en la gola de la parte trasera del cráneo, además de ello también podíamos encontrar un cuerno en el área de la estructura nasal, el cual podía llegar a medir hasta más de medio metro de longitud y 15 centímetros de espesor.

Taxonomía del Styracosaurus

  • El Reino de este animal es Animalia
  • Filo o división: Chordata
  • Dentro de la Clase Archosauria
  • Pertenece a la Superorden Dinosauria
  • Dentro de la Orden Ornithischia
  • Pertenece a la Suborden Neornithischia
  • Dentro de la Infraorden Ceratopsia
  • Pertenece a la Familia Ceratopsidae

El Género de este animal es Styracosaurus

Características del Styracosaurus

Este ejemplar poseía una gran dimensión, de hecho su longitud era de más de 6 metros y su peso incluso podía sobrepasar las 3 toneladas, además de ello tenía la capacidad de alcanzar los 2 metros de alto.

Por otro lado, si observamos de un modo detenido la estructura de este espécimen, nos vamos a dar cuenta de la presencia de cuatro extremidades bastante resistentes y muy potentes, además de una cola que en realidad no era tan alongada como sí lo era su cuerpo.

En cuanto a la estructura de su cráneo podemos observar la presencia de un extraño pico que probablemente era utilizado para arrancar los vegetales, además de una estructura dental compuesta por molares que servían para realizar diversos cortes.

Este detalle nos da a conocer que probablemente este dinosaurio se servía de dichos dientes para poder realizar cortes a los vegetales que luego iba a digerir, y muy posiblemente dichos vegetales terminaban en forma de rodas justo antes del proceso de digestión.

 

Comportamiento del Styracosaurus

El comportamiento de este ejemplar probablemente era bastante similar al comportamiento de otros dinosaurios colocados dentro de los ceratopsianos, por lo que se puede afirmar que es posible que hayan vivido en grupos de numerosos individuos, incluso se sugiere que recorrían grandes extensiones de terreno, todo ello lo hacían en compañía de otros animales de su misma familia.

El detalle anterior mencionado se llega a conocer debido a que los vestigios encontrados fueron estudiados de forma concienzuda y se llegaron a sacar conclusiones posteriores a dichos estudios.

Historia del Styracosaurus

El encargado de brindarle el nombre fue Lawrence Lambe, quien en 1913 denominó a este ejemplar bajo el nombre oficial de Styracosaurus, además de ello se tomó la licencia de colocarle dentro de los famosos Centrosaurinae.

Adicionalmente se han agregado dos nuevas especies al mismo género, entre las cuales podemos mencionar las denominaciones oficiales de Styracosaurus albertensis, y la otra especie denominada Styracosaurus ovatus, no obstante, cabe señalar que también existen otras especies variadas que se han agregado al mismo género.

Se llegaron a estudiar a una serie de vestigios que pertenecían a ejemplares que ya habían alcanzado la plena madurez, por lo que se calcula que este dinosaurio pudo haber llegado a medir unos 6 metros de longitud, mientras tanto su volumen total no llegaba a pasar los 2700 kilogramos.

En cuanto a su cráneo podemos observar claramente que era un elemento de dimensión considerable, el cual además contaba con un cuerno, que se situaba en el extremo del hocico.

La zona del hocico del animal también era una zona importante del individuo, debido a que poseía un gran tamaño. En la zona de la gola aparecían espinas de forma alongada, las cuales se encuentran situadas en lo que se denomina de modo técnico como excrecencia parieto-escamosa, es decir, que la gola era una extensión de los huesos cranelas parietal y escamoso.

Estas espinas llegaban a tener un aproximado de medio metro de largo, mientras tanto el cuerno situado en la nariz se aproximaba a los 60 centímetros.

La diferencia en la forma y el estilo de estas espinas y del cuerno ubicado en la nariz era bastante pronunciada si la comparamos con otros ejemplares colocados dentro de los Centrosaurus, los ejemplares de Styracosaurus presentaban algunas protuberancias que gozaban de la forma de un gancho, e incluso algunos científicos les llamaron a dichas protuberancias como “nódulos”.

Ya prestando un poco más de atención al cuerpo que a la cabeza del animal, podemos observar que era bastante parecido al cuerpo de los rinocerontes, con unos hombros los suficientemente robustos como para poder librar una sangrienta batalla cuerpo a cuerpo, incluso una batalla entre animales del mismo género.

Los dedos ubicados al final de cada extremidad trasera disfrutaban de una estructura que es bastante parecida a los cascos de los ungulados (los cascos de los caballos), dichos cascos además estaban compuestos por un material conocido como queratina, pero a diferencia de los caballos los ceratopsianos poseían aún los dedos, por lo que la forma de andar se parecería más a la de Hipparion.

Sobre la posición en la que se erguía y se desplazaba este singular ejemplar, existen muchos estudios y argumentos que no se han podido comprobar del todo, por lo que mientras algunos científicos afirman que el dinosaurio fue sostenido principalmente por las extremidades situadas en la zona delantera del animal, otros investigadores tratan de desmentir tales aseveraciones brindando una serie de argumentos tan válidos como los anteriores.

Aún no se ha podido determinar si estos animales eran más rápidos o más lentos que los animales que los  elefantes, debido a que se desconoce si estos eran capaces de extender sus extremidades con el fin de lograr mayor ligereza y velocidad, todo un reto que supone mucho esfuerzo para los paleontólogos de nuestros días, aunque también existen esperanzas de que se lleguen a encontrar más vestigios para poder realizar un estudio mucho más exhaustivo del ejemplar.