Clonar dinosaurios
Clonar dinosaurios ¿Mito o realidad próxima?
Clonar dinosaurios, ese gran deseo y experimento que nos llevaría a tener la experiencia real de poder compartir la tierra con esos gigantes a los que tanto admiramos
Y es que igual que se clonó a la famosa oveja Dolly, de la que tanto se habló en su día ¿por qué no hacerlo con los dinosaurios y llegar a clonarlos para que convivan con nosotros?
Pero antes, deberíamos de preguntarnos si ética y moralmente sería lo correcto, pregunta que se está debatiendo desde que se clonó a la oveja respecto a clonar seres humanos.

Antes de seguir avanzando en investigaciones, que ya se están realizando, de cómo se podrían clonar los dinosaurios y volver a traerlos a la vida habría que dar respuesta a preguntas como:
¿Para qué se tendrían que clonar a los dinosaurios? Sería la forma más rápida de acabar con nuestro reinado como especie y pasaríamos a formar parte de la pirámide alimenticia.
¿Dónde se situarían dentro de la cadena alimenticia actual? Está claro que en lo más alto, a ver quién se enfrenta a un Velociraptor, por ejemplo.
¿Qué nos aportarían? Sí, que nos aportarían, el hombre no hace nada si no va a sacar un beneficio claro a cambio, en este caso podría considerarse que sería el “ego de haber traído a la vida a los dinosaurios”, pero y después ¿Qué sucedería? ¿Cómo los mantendríamos y dónde?
Y ya que hablamos de clonar ¿Por qué no clonar otras especias que se han extinguido recientemente y que eran de nuestra era? Esto quizás tendría mucho más sentido y volverían a su espacio y cometido, además no correría la raza humana peligro de ser el menú de los clonados y por tanto los siguientes en extinguirse.
Se podrían hacer muchas más preguntas, de las que no se sacaría una razón positiva y sobre todo convincente, que justificase el hecho de traer de nuevo a la vida a estos gigantes. Porque lo que está claro es que la admiración que se siente por ellos no es una razón objetiva y suficiente como para llegar a clonarlos.
Y tampoco lo justifica el hecho de que si se clonasen los dinosaurios muchas de las suposiciones y especulaciones que se tienen sobre los dinosaurios se terminarían o no de confirmar, como por ejemplo: si eran de sangre caliente o fría, cuántos años vivían, cómo cuidaban a sus crías, si eran animales migratorios, etc.
El estudio de la clonación de dinosaurios
El caso es que quizás no se esté tan lejos de poder realizar la clonación de dinosaurios, pero no como tú estás pensando.
Vamos al principio de los estudios
Hace algunos años, en Norteamérica, unos paleontólogos descubrieron un esqueleto de Tyranosaurus Rex. Mientras buscaban todos los huesos para su reconstrucción, se llevaron la gran sorpresa de encontrar en el fémur unos tejidos blandos que no estaban fosilizados. Tejidos con los que se podrían extraer muestras de ADN con los que se obtendría casi toda la información genética necesaria para realizar la clonación.
Claro que teniendo en cuenta que sólo se ha encontrado tejido del T-Rex, sólo se podría clonar éste. El resto de especies encontradas son fósiles, lo que implica que más del 90% de la información genética de cada una de ellas está perdida y por tanto no podrían clonarse.
Aunque se siguen realizando estudios para llegar a clonar a los dinosaurios y llegar a hacer realidad uno de los sueños de la humanidad, se ha descubierto que el ADN tiene una vida media de unos 521 años. Teniendo en cuenta que el T-Rex encontrado vivió hace unos 75mil millones de años, queda descartada la opción anteriormente mencionada.
Del mismo modo queda descartada la opción de extraer sangre de un mosquito fosilizado en ámbar, tal y como sucedía en la película de Parque Jurásico.
Según el científico Bryan Nelson, además de la “corta vida” del ADN se tendrían que dar muchas casualidades a la vez para que se llevase a cabo (me refiero a extraer el sangre del mosquito) pues habría que encontrar en perfectas condiciones de fosilización un mosquito hembra que acabase de chupar sangre y que justo con la tripa llena quedase dentro del ámbar, éste se fosilizase y luego fuese encontrado, además de averiguar de qué especie o especies es la sangre que estaba digiriendo en esos momentos… Así que adiós a la idea de vivir un Jurassic Park
Aunque no se pueden clonar los dinosaurios tal y como eran, al menos con los medios que se tienen hoy en día, esa opción hay que descartarla, sí que siguen estudiando y planteándose cómo clonar los dinosaurios, pero esta vez la clonación sería desde sus herederos las aves y la otra gran especie a clonar serían los mamuts.
Clonación de los mamuts

Los mamuts pertenecen a la familia de los elefantes asiáticos y sería con ayuda de éstos y de un método de manipulación genética llamada “CRISPR” como se llegaría a dar vida al mamut.
Lógicamente no sería exactamente igual, pues como decimos es necesaria la intervención del elefante asiático actual, así que se parecería más a éste. Eso sí, tendría las características más reconocidas de los mamuts como el pelaje grueso, la capa adiposa y las orejas pequeñas.
La idea de clonar al mamut es para integrarlo dentro de un parque natural ubicado en Siberia conocido como “Parque del Pleistoceno”, donde se han recreado las condiciones de la Edad del Hielo y donde ya hay bisontes, caballos, bueyes almizcleros, renos, wapitíes y otras especies similares.
¿Y cómo se clonaría el mamut?
La tecnología CRISPR es con la que se realizaría esta clonación son las siglas de:
Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats,
En español: “Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente interespaciadas”.
Esto quiere decir que con esta técnica podemos “editar o corregir” el genoma de cualquier célula, incluida la humana. Su descubridor fue Francis Mojica, investigador de la Universidad de Alicante; aunque fueron dos francesas las que recibieron el premio Princesa de Asturias de investigación en 2015 por el desarrollo de esta tecnología.
De forma resumida, para que lo entendamos todos, con esta tecnología genética se manipularían las células que se tienen congeladas de los mamuts y se fecundaría a una elefanta, de ahí lo comentado anteriormente de que no sería exactamente un mamut pues heredaría genes y características propias del elefante actual.
Si se atreven a llevarlo a cabo es porque ya se han realizado pruebas exitosas con células de ratón congelado, hechas por el japonés Teruhiko Wakayama en 2008.
Sería este investigador japonés junto con un equipo internacional de investigadores quienes finalmente llevarían a cabo tal hazaña.
El caso es que como fecha para el primer mamut se plantearon el año 2016. De ser así sería el comienzo del despertar de otras 22 especies más que tienen congeladas entre ellas el tigre diente de sable o el Smilodon Fatalis.
Clonar un dinosaurio desde las aves
La idea de clonar un dinosaurio desde las aves viene nada más y nada menos que de Jack Horner, uno de los paleontólogos más prestigiosos del mundo que pertenece a la Universidad del Estado de Montana.
Jack Horner inspiró, ayudó y participó activamente en las 4 películas de Parque Jurásico de Steven Spielberg. Es quien indicó en todo momento cómo eran los dinosaurios y cómo actuaban en la realidad a excepción de algunos “pequeños” cambios, como las plumas de los Velociraptores que “desaparecieron” y algún que otro detalle que entraba en conflicto con la trama de la película.
El caso es que ahora se ha propuesto que desde las aves se recuperen los dinosaurios, por ser éstas los descendientes directos.
El objetivo es que desde el embrión de un pollo y mediante ingeniería genética encontrar los genes que le convertirían en un dinosaurio.

Bueno, al principio no sería un dinosaurio como tal, sino que sería una especie totalmente nueva a la que bautiza Horner como el “pollosaurio” o el “dinopollo”.
Pese a estos nombres de humorada lo cierto es que lo están estudiando y que ya han dado con el gen para que la gallina tenga dientes; ahora están buscando el gen con el que tendrían garras en lugar de alas y por último buscarían el gen del tamaño.
Y que conste que no están modificando genes sino que están reactivando genes atávicos del ADN para que se vuelvan a manifestar. Es como ir hacia atrás en la evolución y de ahí encontrar el dinosaurio que llevan dentro todas las aves en su ADN; aunque en este caso si se ha elegido a la gallina es porque además de ser un ave común se conoce perfectamente todo su genoma.
Se supone que si todo va bien en principio tendrá el mismo tamaño que la gallina convencional solo que tendrá dientes y garras según las previsiones del propio Horner, quien además afirmaba que el reto siguiente será hacerlo más grande y luego, pues “resucitar” a algún que otro terópodo, que al fin y al cabo son los antecesores de las aves, todos ellos caminaban sobre sus patas traseras, y sí, todos ellos eran carnívoros, aunque según él no se van a clonar tiranosaurios o velociraptores.
Conclusión
Si la realidad supera a la ficción en muchísimas ocasiones ¿no hemos aprendido nada de todas las películas de Parque Jurásico o de las series que hay sobre dinosaurios que de repente aparecen en nuestro tiempo por un portal que se abre misteriosamente y que acaba haciendo estragos?
Todo empieza muy bonito, como las investigaciones que se están realizando ahora ya sea la del «pollosaurio» o la del mamut, pero luego todo se tuerce. Efectivamente está la teoría del caos, el efecto mariposa o la simple lógica de cómo vas a cuidar y criar a una gallina con dientes y garras?
Si viste la última entrega de Mundo Jurásico cuando hablaban sobre el dinosaurio hibrido creado desde la nada una de las preguntas que hacían era “¿Sabe el animal qué es y para qué es?”
Y siguiendo esta lógica ¿Se sabría cuidar algo qué no se sabe para qué se ha creado? ¿Se sabes en qué y cómo va a evolucionar una gallina con dientes y garras?
Lo primero sería preguntarse para qué y luego cómo va a afectar.
Los perros, por ejemplo, se han ido seleccionando para sacar un mayor partido de sus mejores cualidades, además de diferenciarlos todavía más entre perros de belleza o perros de trabajo, pero en todo momento sabemos y saben que son perros y para qué son y lo más importante sabemos cómo cuidarlos.
Son preguntas tan básicas que debieran de hacerse los científicos antes y si no que se las hicieran las personas que están a su alrededor ¿no?